ABSTRACT
La artritis infecciosa es una entidad multicausal, con gran compromiso articular. Entre sus síndromes clínicos se encuentra la artritis bacteriana no gonocóccica, cuyo agente etiológico predominante en adultos es el Staphylococcus. La principal vía de acceso de la infección a la articulación es la hematógena, conllevando a una gran respuesta inmunológica finalmente asociada a desnutrición ósea o del cartílago articular. Existen unos subgrupos clínicos con una mayor predisposición para la infección articular entre los que sobresalen los usuarios de drogas intravenosas, los pacientes con artritis reumatoidea, los que tienen prótesis articulares y los ancianos. Su diagnóstico es cada vez más temprano y de gran confiabilidad. A pesar de los avances en el tratamiento médico continúa predominando el quirúrgico, sobre todo cuando ha fallado el primero